Ya sabemos que cada año, a mediados del tiempo de adviento, académicamente un par de semanas antes de las vacaciones, lanzamos la tradicional campaña que conocemos con el cariñoso título de OPERACIÓN KILO. Todos sabemos en qué consiste y cómo funciona, aunque no está de más recordarnos anualmente la importancia de esta acción concreta en favor de los más vulnerables, más en este momento de la historia de la humanidad.

Si no estoy equivocado, la operación kilo nace como una campaña de recogida de alimentos desde la asociación de Bancos de Alimentos de toda España. Como reclamo publicitario fue y es todo un éxito pues en los años que lleva funcionando ha recogido muchas toneladas de alimentos no perecederos que, bien custodiados, han servido para abastecer de alimentos básicos a familias del todo vulnerables.

No necesita frases bonitas o un slogan que la impulse. Recordar las fechas y el nombre de la campaña son suficientes para que se active en nosotros el gesto tierno de la solidaridad. Las facilidades para participar son una invitación más que no podemos rechazar. Al hacer la compra los supermercados facilitan la recogida de nuestro «kilo o kilos» para entregar; voluntarios recogen nuestra generosidad en forma de alimentos y los clasifican para repartirlos posteriormente con garantía de que la solidaridad tiene un efecto transformador de las personas; incluso hay parroquias que en la misa dominical ofrecen los kilos de alimentos aportados por sus parroquianos como ofrenda junto al altar. Este año han anunciado desde los bancos de alimentos que la recogida será a través de donativos económicos en sus webs puesto que la seguridad sanitaria se impone incluso al gesto humano de entregar a otros lo que deseamos regalarles.

El colegio se une a esta campaña cada curso y éste lo hace manteniendo el gesto físico de entregar al menos un kilo de alimentos no perecederos. El plazo de recogida llega hasta el viernes 18 de diciembre. Se guardarán en un lugar apropiado para que pasen una «cuarentena» de al menos 48 horas hasta su recogida por voluntarios de Cáritas, garantizando de este modo la sanidad en todo el proceso. Formarán parte de un banco de alimentos que debido a la pandemia se ha visto muy falto de productos que ofrecer a sus beneficiados. Nuestra colaboración se convierte, de este modo, en una urgencia. Os invitamos a participar con la generosidad de la que habéis hecho gala siempre que os hemos pedido vuestra colaboración. Y desde ya os damos las gracias a la vez que os invitamos a sentiros «agradecidos» por aquellos que reciban nuestra aportación.

OPERACIÓN KILO, ¡EN MARCHA!