ESPERANDO… ADVIENTO !!!
El espíritu de esperanza nunca nos ha abandonado. Incluso se habrá reforzado en múltiples ocasiones en los últimos tiempos por diferentes motivos personales, grupales o planetarios. Ahora, en tiempo de Adviento, aflora ese espíritu y se hace más evidente en la vida de quienes creemos en la natividad del Señor Jesús.
Más allá de luces, adornos, arboles y belenes, la experiencia proclamada de la Navidad que se repite desde el nacimiento del Niño Dios, rebota en cada rincón del universo y regresa a nosotros como un grito renovado de esperanza, sí, también de cercanía, solidaridad y compromisos con la paz y la justicia.
Sin adelantarnos a la fiesta propia de la Navidad, el Adviento nos arranca de la bendita rutina para conducirnos a espacios de reflexión y silencio expectantes, renovando nuestra fe profunda en el misterio de lo divino tan cercano a lo humano en el bebé de Belén.
«Cada cosa a su tiempo y los nabos en Adviento», reza nuestro refranero popular, y es momento-tiempo de recolocar cosillas de nuestras vidas que seguro siempre tenemos presentes, pero que suelen representar papeles secundarios en nuestras vidas: la gratitud, la oración, la cercanía, la alegría, la paz, …
Se nos hace casi imposible huir o escondernos ante lo que ocurre en nuestro entorno. El Adviento se encarga de publicitar lo importante y de bombardear nuestro interior con mensajes que nos acercan a lo que verdaderamente va a ocurrir de nuevo en unos días en un establo de Belén, pero que bien podría ser de cualquier pueblo o aldea del mundo. De cada uno de nosotros depende leer e interpretar de la mejor forma posible lo que el Adviento de nuestro lugar, casa, barrio, colegio, trabajo, … nos envía de rebote.