REZA, COMO SEPAS, PERO REZA

REZA, COMO SEPAS, PERO REZA

Con frecuencia leemos artículos de periódicos o reseñas de libros, alguna cita interesante, imágenes que nos dicen algo o cualquier otro recurso, que guardamos en nuestro archivo para retomarlo más tarde o para usarlo en algún momento. Es el caso del artículo que quisiera compartir con vosotros hoy, un artículo de opinión publicado en el periódico ABC de Sevilla, el 11 de marzo de 2018 y que me llegó por medio de un twitter de un buen amigo.

El artículo trata sobre diferentes formas de rezar. La oración, por definición, es la manera natural que los seres humanos tenemos para mantener una relación fluida con Dios. Tiene multitud de expresiones que van desde la oración personal usando un texto determinado, a un sencillo acto de agradecimiento sincero a Dios. Igualmente, puede ir acompañada de gestos o palabras, o ser un prolongado silencio, en un lugar comunitario o en la soledad de la montaña, junto a otras personas o en la intimidad de nuestro corazón. Os dejo una síntesis abierta a la experiencia de cada uno.

Rezar es una conversación con Dios, por la mañana, al mediodía, comenzando la noche,…

Rezar es una fotografía en sepia, un regreso a la infancia, al primer padrenuestro o a la oración antes de dormir.

Rezar es tener memoria.

Rezar es lo que va después del trabajo, o antes del trabajo.

Rezar es lo único que puedes hacer cuando no puedes hacer más.

Rezar hace milagros, sin saberlo, provoca cambios en personas, en lugares que desconocemos.

Rezar nunca es inútil.

Rezar es decir rezaré por ti.

Rezar es la aceptación de tus limitaciones, es la humildad del que gana y el consuelo del que pierde.

Rezar es buscar las fuerzas y confiar en que todo puede ser mejor.

Rezar es optimismo, fragilidad y entereza, la de quienes no se dan por vencidos.

Rezar es desconectar, apagar el móvil, dejar de oír noticiarios, no pensar en la agenda laboral, parar sin parar.

Rezar es razonar, siendo aparentemente lo más irracional, anticipando lo que puedo ser frente al que soy ahora, un viaje a lo abstracto en un mundo de lo concreto. 

Rezar es una forma extrema de independencia.

Rezar es un placer oculto que se reserva para la intimidad, «allí, en lo escondido, reza».

Rezar es una declaración de amor, por quienes tienes presentes en tus oraciones y, al mismo tiempo, sentir el retorno de tu rezo en forma de oración de otros por ti, que es más que estar únicamente en su memoria.

Rezar es la mayor aspiración que puedes tener, un privilegio inmenso. Es amar tanto que sientes la urgencia de rezar por lo que amas. Piensa, que alguien rece por ti, que le pida a Dios que te cuide, que te dé salud, prosperidad, éxito, que te piense en el momento más sagrada de su día a día. 

Rezar es tener fe, en la vida, en tus amigos, en las mujeres y en los hombres de hoy, en la familia, en Dios.

Rezar es un superpoder que nos predispone al bien.

Rezar es creer y ser practicante de un mundo mejor.

Os invito a seguir vosotros, que seguro que podéis completar esta lista con vuestras propias experiencias de oración, a publicarlo como un comentario a este post… nunca dejéis de hacerlo.

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