FIN DE ETAPA, SIGUE EL CAMINO
El curso ha terminado.
Un curso distinto, con su marca propia, con sus más y sus menos, pero un curso fabuloso. Dejadme que lo explique brevemente.
Hace un año las dudas, incertidumbres, miedos, dominaban el ambiente. Poco a poco se fueron despejando y fueron sustituidas por la esperanza, la firmeza, la creatividad y la fortaleza. Cada detalle, cada momento del curso ha estado cargado de creatividad y optimismo, lo que explica que haya sido un curso fabuloso.
Un curso en el que cada uno de nosotros nos hemos entregado al máximo, llevados al límite en algunos momentos, para que las normas de sanidad se cumplieran, nos sintiéramos protegidos, seguros, para que cada clase tuviera un toque de originalidad y vitalidad nuevos, para que los chavales y las familias se sintieran acogidos, queridos y valorados.
Por momentos, parecía que la realidad nos desbordaba, nos superaba, nos sometía a nuevas pruebas y retos. Fue así, para todos, profesores, familias, alumnos. La sociedad se tambaleaba de nuevo cuando parecía que recuperaba el equilibrio que ansiaba. Y de nuevo en la brecha, amigos míos, como reza el verso del poeta. Incansables, día tras día, frente al virus, frente a los obstáculos de horarios, protocolos y normas, juntos respetando y aprendiendo a valorar aquello que nos ayudaba a mejorar y sentirnos más fuertes.
Nos hemos visto obligados a sustituir las expresiones de la cara por gestos con las manos, o los abrazos de cariño por actitudes corporales de constante acogida tierna y cariñosa. La mascarilla nos robó la sonrisa pero nos regaló unos ojos que lo dicen todo.
Se ha terminado un curso duro y exigente para todos, más duro si cabe para los alumnos que desde su propio ser de niños y jóvenes se han encontrado de la noche a la mañana con que todo lo que les hacía sentirse lo que son -salir, jugar, tocarse, hacer deporte, besar, celebrar…- no podía hacerse. Nos confinaron en casa, nos perimetraron las ciudades y aldeas, nos impusieron horarios restrictivos, consiguiendo proteger nuestra salud, a la vez que nos animaban a recolocar nuestros valores, reafirmar nuestras opciones personales válidas, a relacionarnos desde plataformas nuevas. Un curso que no olvidaremos por lo que hemos aprendido de cómo funciona la vida y, lo más importante, qué es lo más importante en nuestra vida.
Por todo lo que hemos vivido queremos salir como hombres y mujeres renovados, más seguros de nosotros mismos, más solidarios y planetarios, más sinceros con lo que nos ofrece la vida. Estamos convencidos, además, que no podemos hacerlo solos, que un algo más nos soporta y nos revitaliza, algo que va más allá de nosotros mismos y que no podemos definir. Sólo nombrar. Dios Padre.
Compartimos una sencilla oración de final de curso que hacemos nuestra y vuestra. Contamos con este equipo de alumnos, familias y docentes para seguir en el camino. Esta etapa ya la tenemos hecha. A por la siguiente.
¡¡¡ FELIZ VERANO !!!
P.D. No olvidéis de cuidaros mucho, de que la pandemia no ha terminado. Rezad un poco, leed mucho, disfrutad de todo.